El sol en las antiguas civilizaciones
Los incas

En la sociedad inca existian varios dioses aunque se conoce que el más venerado fue el llamado Inti era el dios Sol ,era la divinidad popular más importante , se le entregaba ofrendas de oro plata y ganado tambien se le hacían ofrendas humanas(sacrificios).



En el antiguo egipto se daba quizás la más famosa adoracion al Sol al quien denominaban como el dios Ra, la properidad de Egipto dependía de la diaria reaparición de éste, esta fuerza natural era considerada como un dios junto a la inundación anual del rio, factores de la naturaleza tambien eran considerados como dioses.
LA LEYENDA DE RA ,EL DIOS SOl
El sol, que viajaba por el cielo en la barca Mandet durante el día y sobre la barca Mesktet por la noche. Dios solar por excelencia, epicentro del culto dinástico contrapuesto al culto popular de Osiris.
En ese viaje es asaltado por los demonios a la cabeza de los cuales está Apofis, su enemigo, que según uno de los mitos, es creado en el mismo momento que el propio Ra. Justo antes del amanecer, Apofis realiza su ataque más furibundo.
Todas las noches, Ra, en forma de gato, le ha de cortar la cabeza a la serpiente antes de volver a nacer en Oriente, de Nut, la madre universal. Luego se eleva y atraviesa el cielo hasta el ocaso, donde Apofis le aguarda una vez más. Si alguna vez Apofis consiguiese vencer a Ra, el sol no saldría."
Este ciclo diario de la muerte y resurrección simboliza el ciclo vital de la humanidad, que tras la muerte, confía en un nuevo nacieminto.


Se afanaron por interpretar a su dios en estatuas y elementos cotidianos
Este pueblo situado en el actual México creía que si uno moría sacrificado lo espera una eternidad grandiosa ,primero al lado del dios solar y más tarde reencarnado, bajo la forma de un colibrí.
El fundamento de sus creencias estuvo dado por el deseo de atraerse las potencias benefactoras de sus divinidades, al mismo tiempo que alejar todo lo que pudiera serles perjudicial. Para los aztecas, las fuerzas del bien estaban permanentemente en lucha con los espíritus del mal y el combate eterno las desgastaba al punto de requerir sangre humana para revitalizarse. Este drama se aplicaba especialmente al Sol, que debía trabar lucha diaria con las tinieblas.
Los aztecas creyeron en la existencia de una vida más allá de la muerte. Sin embargo, la suerte del alma no dependía de las acciones realizadas durante la vida sino de las circunstancias y causas de muerte. De esta manera, sólo los muertos en el campo de batalla tenían el privilegio de ir a morar al lado del Sol y convertirse en sus acompañantes perpetuos.



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